Comportamientos adecuados
Dado lo que sabemos del comportamiento humano, hay maneras en las que nos podemos ayudar a nosotros mismos y a los que están a nuestro alrededor a adoptar estos comportamientos:
Lavarse las manos más seguido por al menos 20 segundos
Se ha demostrado que recordatorios en los lugares relevantes incrementan el lavado de manos. Podemos empezar por poner letreros en la puerta de la nevera o a la salida del baño preguntando “¿te lavaste las manos bien?”
Sabemos también que tenemos una tendencia a lavarnos las manos menos cuando creemos que no nos están observando. Podemos crear un sentido de vigilancia preguntándole a los demás si ya se lavaron las manos.
Facilitar el acceso es también muy importante – el jabón o antibacterial debe estar disponible. Idealmente el antibacterial debe ser visible donde sea más conveniente, por ejemplo al lado del ascensor o en las salas de espera.
Tal vez lo más efectivo sea crear hábitos alrededor del lavado de manos. Una recomendación común es cantar Feliz Cumpleños dos veces durante el lavado (20 segundos).
Evitar tocarse la cara, especialmente nariz, ojos y boca
Muchas veces nos tocamos la cara como reacción porque, por ejemplo, nos pica. En esos casos, para calmar la urgencia puede ser más efectivo introducir un comportamiento substituto. Por ejemplo, rascarse la cara con la parte de atrás de la muñeca o un pañuelo.
Otra opción es crear barreras que nos ayuden a disminuir la frecuencia con la que nos tocamos la cara. Por ejemplo, poner las manos en los bolsillos, cruzar los brazos, cargar algo para jugar con los dedos. Las personas de pelo largo pueden también amarrárselo para evitar la necesidad de tocarse la cara.
La retroalimentación social también puede ayudar – pedirle a nuestros amigos y familiares que nos avisen cuando nos vean tocándonos las cara.
Pensar en planes “si…entonces…” puede ser una opción efectiva para crear nuevos hábitos. Por ejemplo, “si miro el celular, entonces pongo la otra mano en el bolsillo”.
También podemos crear nuevas normas sobre cómo toser y estornudar apropiadamente, por ejemplo en el codo en lugar de la mano, y poner imágenes con recordatorio en sitios de congregación, por ejemplo en el transporte público.
Distanciamiento social y auto-reclusión
Estas medidas a nivel agregado han demostrado ser efectivas en el control de la transmisión de influenza y el COVID 19. Y aunque las medidas de distanciamiento social necesitan un impulso a diferentes niveles, como de empleadores y gobiernos, a nivel individual también podemos tomar acciones que ayuden a disminuir la exposición al virus:
Lo mejor que podemos hacer para evitar contagiar a otros es quedarnos en casa. Si así lo requieren las autoridades en tu país, y en todo caso si sospechas que puede estar infectado o presentas síntomas, es fundamental autorrecluirse. Es importante tener un plan concreto sobre a quién avisar, qué acciones tomar si requieres atención médica, y cuándo. El protocolo en muchos países sugiere quedarse en casa a menos que se presente una situación de gravedad.
En la auto-reclusión es importante también cuidar de nuestra salud mental. Puede ayudar crear una rutina con un horario definido, acordar con un colega o un amigo para hacer una llamada social diaria, o identificar una red social de apoyo que pueda activar como sus vecinos (por ejemplo, iniciativas como Nextdoor) o familiares cercanos.
Crear reglas simples que ayuden a crear distancia. Por ejemplo, en la oficina, dejar un asiento en medio de los colegas en el escritorio y el almuerzo. En las filas, asegurarse de pararse a dos brazos de la persona de enfrente.
También podemos introducir nuevos saludos que eliminen el contacto físico. Por ejemplo, el ya viralizado Wuhan Shake, un saludo estilo Namaste o mover la mano.
A la hora de aplicar cualquiera de estas recomendaciones, ten también en cuenta que los seres humanos tenemos un termostato de riesgo, las medidas preventivas en un área nos hacen sentir que estamos “portándonos bien”, y nos sentimos con la licencia de asumir más riesgos en otra área. Por ejemplo, al usar antibacterial puede que descuidemos más cuanto tocamos nuestra cara. Tenemos que estar atentos todo el tiempo, haciendo un esfuerzo consciente constante, para así proteger a los nuestros, a los más vulnerables. Podemos así ser la primera línea de batalla que le ayude a los sistemas de salud a ganar la guerra contra este virus.
(Fuente: https://www.bi.team/blogs/covid-19-como-promover-los-comportamientos-adecuados-para-reducir-la-velocidad-de-contagio/)